10 enero 2017

EL ÚLTIMO ADIÓS

Dibujo de Jenny Z.









DEDICADO A Mercedes Hernandez Dominguez, ejemplo de lucha y coraje, y de amor a los animales, con esperanza.









HA MUERTO LA ORCA TILIKUM
Islandia, 1983: los padres de la orca Tilikum -toda su familia- chillaba, cuando se la llevaban capturada. 
Era solo una cría.
Cómo chillaban los padres de Tilikum...
Tú ve el documental “Blackfish” e intenta no llorar escuchando los chillidos de las orcas cuando les arrebatan a las crías para llevarlas presas.
Pasó el tiempo. Más de treinta años detenida:
Tilikum paseando desde entonces su tristeza. Dentro de una piscina.
Dicen que una orca en libertad recorre 400 kilómetros diarios.
Calcula cuántos kilómetros le robaron a Tilikum, aquél día de 1983.
Son 146.000 kilómetros cada año.
Casi 5 millones de kilómetros durante toda su vida, le faltaron.
Tilikum habría podido dar el equivalente a 120 vueltas a nuestro planeta a la altura del Ecuador.
Si no la hubieran capturado, cuando era una cría.
Como es lógico, enloqueció de pena.
Y otras orcas, también enloquecidas por la tristeza, a veces la atacaban, y entonces sangraba y prohibían grabar al público.
Desquiciada por su falta de libertad, acabó con la vida de tres personas. Una de ellas, su cuidadora en Seaworld, que tanto la amaba, Dawn Brancheau.
Aquí, en Loro Parque, también murió atacado por una orca cautiva un joven luminoso.
Se llamaba Alexis, otro cuidador. La prensa canaria apenas dijo nada... ¿por qué será?
Todo esto es para que tu hijo y el mío pasen un día chachi.
Y para que un puñado de ricachones se hagan aún más ricos.
Muchos liberales dicen que si no queremos ir que no vayamos, pero que todo es legal.
Que es un negocio legal que da de comer a muchas familias.
Pienso en cómo también la prostitución y el tráfico de armas son negocios legales que dan de comer a muchas personas.
No sé si tienen razón; yo es que, cuando escucho hablar a algunos liberales, lo que siento es miedo. Terror.
Más de treinta años de prisión acuática; al final, Tilikum ya apenas salía para el espectáculo.
Quedó convertida en una máquina de inseminación para seguir fabricando cetáceos.
Como decir "Tilikum es mío, y hago lo que quiero con él". Claro.
"Con la fábrica de semen "Tilikum", nos ahorramos tener que cazarlas porque ya nacen aquí entre rejas".
"Y si nos sobra alguna, pues la vendemos a otro parque, y sacamos más dinero. Business es business".
Menudo lío tener que ir a Islandia a cazar orcas.
Con Tilikum ahorraban dinero, y se libraban de la pesadez de los animalistas.
El cuerpo inerte de Tilikum flotando en una piscina, a mi me genera toneladas de vergüenza.
Estoy llorando, mientras escribo esto.
Pero hoy abrió Loro Parque y Seaworld.
El show debe continuar.
Eres libre de ir o no ir.
Es legal ir.
Que Dios nos perdone.


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De: Antonio Revert, poeta, Santa Cruz de Tenerife
(texto escrito deliberadamente al estilo de un grandísimo escritor, de quien aprendo a diario, que se llama Roy Galán).


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